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El tricograma capilar es una técnica para observar el estado en que se halla el cabello en sus diferentes fases de evolución.
Aquellas personas con problemas pilíferos que pretenden empezar algún tratamiento contra la caída del pelo, pueden localizar en el tricograma una oportunidad de conocer en detalle cuáles son las contrariedades concretas por las que atraviesa el pelo.

Mediante un tricograma podemos hacer un diagnóstico lo más preciso posible, descartando la hipótesis de otras afecciones que pudiesen estar perjudicando el pelo, y decidir de este modo como es el mejor remedio–tratamiento para cada caso en particular.

La Tricología

Es la parte de la dermatología que se ocupa de estudiar los avatares del cuero cabelludo y del pelo en relación a su densidad, estructura, color y cantidad.

A la tricología le resulta interesante tanto el tratamiento como la prevención de las enfermedades y para esto usa técnicas diversas – dermoscopía, fototricograma, tricograma – que sirven en el establecimiento de diagnósticos.
(El tricólogo es en relación al pelo lo mismo que el dermatólogo a los problemas de la piel)

El tricograma es una técnica de aplicación fácil consistente en extraer cabellos de las zonas a estudiar del cuero cabelludo para luego observarlas mediante un microscopio óptico.
De esta manera van a poder visualizarse sus fases de desarrollo y advertir de esta forma los posibles motivos por los que se produce la caída del cabello junto a su solución más conveniente.

En todos y cada muestra que se efectúa tanto de la raíz como del tallo piloso pueden obtenerse las diferentes formas y estados en que se encuentran los pelos implicados: en anagen,telogen, catagen, displásicos y distróficos.

Los resultados que arrojan se refieren a: los porcentajes anagen-telogen, el color y la manera del bulbo, tanto como el contorno del bulbo y del tallo, su grado de angulación y el diámetro del tallo piloso. Estos datos son relevantes a la hora de brindar tratamientos como el implante capilar.

¿Para qué sirve el tricograma capilar?

El tricograma tiene utilidad a cualquier edad y sirve como un importante socorro diagnóstico en todos y cada uno de los casos y tipos de alopecia existentes.

Esta técnica ofrece gran cantidad de datos que dejan diagnosticar enfermedades como la demodecosis, displacias foliculares de origen nutricional o de origen congénito, desórdenes de queratinización, defluxión anágena y telógena, pérdida del cabello con dilución de color, pérdida del pelo endócrina y disturbios pigmentarios del crecimiento piloso.

No obstante, hay que tener en consideración que -tal como ocurre con todo procedimiento- el buen resultado del tricograma depende de cómo y quién lo practica, ya que un diagnóstico errado va a llevar como consecuencia ineludible a un tratamiento también equivocado.

Ciclos y fases por los que atraviesa el cabello

Como ya señalamos ya antes, el pelo tiene un ciclo vital que se divide en tres fases: anágena, catágena y telógena. Los seres humanos tenemos cerca de 100 mil folículos pilosos en nuestra cabeza, y estos folículos atraviesan veinte ciclos pilosos, cada uno de los cuales pasa por su parte por 3 fases: La fase anágena, es la fase de capacitación, que dura de 2 a ocho años; pasado ese lapso de tiempo el desarrollo se detiene y el folículo entra en una etapa de reposo, la fase catágena en la que permanece entre 4 y 6 semanas, trascurridas las cuales el cabello comienza su caída, para reiniciar un nuevo ciclo luego de 2 o tres meses que es cuando el cabello claramente cae.

Porcentajes correpondientes a cada fase en un individuo sano:

Etapa anágena: ochenta y cinco por ciento de pelos.
Fase catágena, del 1 a dos por cien de los pelos.
Período telógeno, entre un 13 y 14 por ciento del pelo.

A lo largo del ciclo piloso una persona puede perder entre cincuenta y cien folículos pilosos al día.

En la vejez, los ciclos pilosos se vuelven más breves, sobre todo en los folículos del vértice (parte superior de la cabeza ) y además los tallos pilosos se tornan más finos, cortos y menos espesos.

Alopecia androgenética

En el caso particular de la pérdida del pelo androgénica (AGA), se trata, como sabemos, de la suma de distintos factores (genéticos y hormonales) que generan como consecuencia una reducción del tiempo de la fase anágena y una miniaturización progresiva de los diámetros y densidad del cabello útil.

Los pelos perjudicados por este proceso se vuelven más delgados y, como están medrando durante menos tiempo, pierden también longitud. Esto causa que la observación de los tallos al microscopio ofrezca diferencias entre los diámetros de los tallos (característica específica de la AGA) respecto a otros tipos de pérdida del pelo.
El tricograma puede resultar una herramienta de mucha utilidad al momento de iniciar algún tratamiento para combatir la pérdida del pelo.

Si se efectúa un buen diagnóstico y se lo hace a tiempo, evitaremos tratamientos equivocados y también vamos a ir de manera directa a la raíz de nuestro problema.

Por eso, no está nada mal que los pasos en el intento de luchar contra la caída del cabello estén adecuadamente dados desde el punto de inicio, y el tricograma parece dar una buena orientación en ese sentido.

Es numerosa la gente que se lamenta de no haberse informado en profundidad y con precisión acerca del género de tratamiento recomendable para sus casos personales.

El tricograma serviría como técnica para darnos un panorama más claro de lo que nos sucede y de esta forma y con un diagnóstico atinado, sumado a un tratamiento acorde, ahorrarnos de dar esos malos pasos superfluos a los que podemos adelantarnos.